La pandemia ha puesto de relieve la necesidad de los estudiantes de mayores oportunidades de aprendizaje experiencial tanto dentro como fuera del aula. También ha demostrado la importancia de preparar a los estudiantes para que sean expertos en el manejo de lo inesperado y se sientan capacitados para enfrentar un futuro incierto.
Muchos padres han visto durante mucho tiempo los deportes juveniles como un conducto a través del cual los niños pueden aprender y desarrollar estas habilidades clave de trabajo en equipo, colaboración y resolución de problemas. Pero las interrupciones por COVID exacerbaron las tendencias a largo plazo que muestran un interés decreciente en el atletismo juvenil. Un año después de la pandemia, el 28 por ciento de los padres con hijos en atletismo juvenil dijeron que su hijo ya no estaba interesado en practicar deportes y otro estudio encontró una tasa de deserción del 32 por ciento entre los estudiantes atletas en los grados 8-12, con tasas más altas entre aquellos que son desatendidos y subrepresentados.
Sin embargo, está surgiendo rápidamente una nueva alternativa que ofrece a los estudiantes experiencias prácticas y oportunidades para perfeccionar habilidades de pensamiento crítico más amplias: la robótica. Cualquier padre que quiera que su hijo tenga una hoja de ruta más clara para un futuro incierto debe comprender que la robótica juvenil es la actividad extracurricular que permite a todos los participantes «volverse profesionales» y encontrar caminos hacia el éxito profesional. Brinda a los estudiantes lo mejor de ambos mundos: habilidades derivadas del trabajo en equipo y desarrollo de competencias STEM, al tiempo que combate una tendencia que se ha acelerado durante la pandemia: la pérdida de la conexión social en persona y el desarrollo de habilidades prácticas.
Fuente: Chris Moore | The 74
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