Durante casi tres años, el gobierno de EE. UU. ha intentado prohibir TikTok.
Las preocupaciones sobre los supuestos riesgos de la aplicación para la seguridad nacional abarcaron dos administraciones presidenciales y forjaron alianzas entre republicanos y demócratas. En un momento de mayor partidismo, TikTok y su empresa matriz china, ByteDance, se han convertido en el foco de la política contra China, un villano conveniente para el que la mayoría de los legisladores están dispuestos a luchar.
El mes pasado, esa indignación alcanzó un punto álgido. Según los informes, la administración de Biden amenazó con prohibir TikTok si no encontraba un propietario estadounidense. Los legisladores de la Cámara llevaron al CEO de la compañía, Shou Zi Chew, a una audiencia explosiva. Al mismo tiempo, un grupo de senadores presentó la Ley RESTRICT, un proyecto de ley que autoriza al gobierno a prohibir la aplicación y otras similares. Esta vorágine de acción ha demostrado que el gobierno está más decidido que nunca a prohibir TikTok.
Pero con una prohibición aparentemente en el horizonte, los críticos temen que las acciones para desconectar a TikTok puedan hacer más para enfriar la libertad de expresión en Internet que para proteger la seguridad de los datos de los usuarios estadounidenses. Otros expertos argumentan que los ataques del gobierno contra la aplicación son injustificados y afirman que hay pocas pruebas que demuestren que la aplicación ha causado más daño que Facebook o Google.
Fuente: Makena Kelly | The Verge
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