Inspirándose en la forma en que las plantas como las atrapamoscas de Venus pueden cerrarse y reiniciarse, los científicos han desarrollado nuevos materiales que alteran su forma en un abrir y cerrar de ojos como una forma de impulsarse hacia adelante ​​solo por su propia energía y sus interacciones con el medio ambiente. Estos dispositivos autopropulsados ​​podrían encontrar usos en todo tipo de áreas, desde juguetes hasta robótica y sistemas mecánicos para el Ejército de los EE. UU.

Este nuevo material es obra de científicos de la Universidad de Massachusetts Amherst, cuya investigación fue financiada por el Ejército de los Estados Unidos con la intención de recrear los mecanismos de los organismos de rápido movimiento en sistemas de ingeniería. Esto se refiere a plantas y animales que cuentan con partes del cuerpo en forma de resorte que permiten movimientos ultrarrápidos. Hemos visto que esta forma de biomimetismo se convierte en pinzas robóticas inspiradas en la atrapamoscas Venus, por ejemplo, aunque estas suelen depender de fuentes de energía externas para activar su movimiento.

Fuente: Nick Lavars | New Atlas

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