Un nuevo casco experimental podría salvar a los conductores de vehículos de construcción de lesiones graves. El dispositivo mide en qué medida el usuario es sacudido mientras conduce y emite una alerta cuando el temblor llega a ser demasiado.

Diseñado para ser utilizado por conductores de máquinas pesadas, como excavadoras y topadoras, el casco fue diseñado por un equipo del Instituto Fraunhofer de Durabilidad Estructural y Confiabilidad del Sistema de Alemania.

Aunque puede parecer un casco normal, el dispositivo portátil tiene un sensor piezoelectreto flexible integrado en una correa de sujeción interna que cruza la parte superior de la cabeza del usuario.

Ese sensor toma la forma de una película delgada hecha de espuma de polipropileno recubierta de aluminio y funciona en gran medida por el efecto piezoeléctrico, en el que un material produce una señal eléctrica mensurable cuando se deforma físicamente. Cuanto mayor es la deformación, mayor es el voltaje.

A medida que el usuario se sacude hacia arriba y hacia abajo mientras conduce su vehículo, el sensor se deforma repetidamente y, por lo tanto, produce señales. El voltaje y la frecuencia de esas señales se transmiten a un módulo transmisor que se lleva en el cuerpo, que transmite la información a una computadora.

El software de esa computadora analiza los datos y alerta al usuario si se considera que el temblor ha alcanzado un nivel peligroso. Luego pueden tomarse un descanso y tal vez intentar solucionar la situación mediante medidas como añadir elementos de amortiguación al asiento.

Fuente: New Atlas | Ben Coxworth

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