El pez rémora, conocido comúnmente como lechón, técnicamente no es un parásito. Están solo para el viaje. A menudo los verá atrapados en un gran animal marino como un tiburón o una ballena y, a veces, incluso en botes pequeños, obteniendo transporte gratuito a través de millas del océano y gastando muy poca energía.

Estas extrañas criaturas tienen frentes planas que parecen la suela de un zapato. Pero es esta extraña frente con ventosa la que permite que los peces rémora se adhieran a los delfines incluso cuando giran en el aire y vuelven a caer al agua. De hecho, los científicos se han preguntado durante mucho tiempo si la cabeza lisa con nervaduras guardaba los secretos para obtener mejores adhesivos. Recientemente, esta característica se ha convertido en la intriga de un grupo de ingenieros internacionales de la Universidad de Beihang, el Imperial College de Londres y los Laboratorios Federales Suizos de Ciencia y Tecnología de Materiales, que han buscado fabricar una versión de esta estructura de ventosa para ayudar a los drones a tener un mejor agarre.

El resultado es un robot autoestopista aéreo-acuático inspirado en la rémora. Un artículo publicado en Science Robotics esta semana detalla cómo fabricaron y probaron este dron, que puede volar, nadar y adherirse a superficies en el aire y el agua. También puede moverse fácilmente entre los dos medios, como un pez volador.

Fuente: Charlotte Hu | PopSci

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